miércoles, 2 de septiembre de 2009



¿Cómo me siento?
Como un vestido negro. Sé que no lo soy, pero si que es la prenda más adecuada en este momento
-Explicate, querés
-Okey,nadie tiene por qué entender mi esquizofrenia

Hay momentos, ciertas jugadas de tiempos,en los que una se mira en los espejos, y no sabe qué carajo ponerse. Nada te convence, te cierra, te encaja.
La inconformidad crónica es tan romántica como estúpida, y he aquí el comodín infalible: el vestido negro. Sabes que vas a estar bien, que zafas, que te escapas sin la tangente, que por fin te decidiste por las rosas sin espinas. Nadie, ni vos misma, puede errarle con un vestido negro.Ahra sí, también sabes muy bien, que no vas a brillar, que no fue hecho para vos, que cualquiera podría estar usándolo y nadie lo notaría.
Pero las opciones se centran en: pijama y a la cama, o en, nuestro fijo vestido negro. No es un mesías, pero sí una salida bastante digna.
Sí, podrá parecer un pensamiento bastante berreta del amor...
Pero en estos tiempos, yo aprendí que en el amor, tanto como en la moda, a veces hay que acudir a los vestidos negros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario