lunes, 6 de septiembre de 2010

Todo cerrado y el viento adentro.

Eso dice la Pizarnik en una de mis poesías.
No el tiempo solo todos los instantes.

No hay té de pasionaria que lo soporte.
No me aguanto. No me quiero. No me gusto.
Nadie puso mis miedos donde estan guardados. De golpe me doy cuenta como estan dentro del cuerpo, y así, en algún momento mi piel se enferma, se brota. Mi cuerpo no me resiste, si no te curas desde adentro la energía no avanza. Creo que mi aura es negro en este momento, es decir una falta de color.
Una cosa es ser oscuro y otra muy diferente es no tener colores.

Lo extraño es que en un momento del año confie en mi y me surgió una oportunidad hermosa que me hace feliz. Me gustaría confiar en mí más seguido, sé que cuando uso mi energía positivamente el mundo, yo misma, respondo a mi favor. También sé que soy mi peor enemmigo y mi capacidad de ver el vaso medio vacío no ayuda.

No tengo ganas de hacer nada, pero de verdad. Me quedaría en la cama todo el día. Y, ultimamente no estan mis días muy alejados a eso. Tengo exceso de energía Ying. Lo que me tranquliza es que al menos si me centro en mi teatro, en mi pasión, por un rato, en el que no soy lo que soy, puedo sentir que me renuevo.

Debería aferrarme a eso.
Tengo que salir del agujero interior.